Sobre Syrah
Syrah nació en la Provenza, hija de un padre andaluz y una madre provenzal. Creció entre dos culturas ricas en símbolos, tradiciones y sensibilidad. Desde muy pequeña, percibía el mundo de una forma distinta. Sentía lo que los demás callaban, captaba el ambiente antes de que alguien hablara y comprendía emociones que no se decían con palabras. A los diez años, la repentina pérdida de su padre marcó su vida profundamente, abriendo en su interior un vacío que solo la espiritualidad lograría calmar con el tiempo. De ese dolor nació una empatía profunda, esa capacidad rara de comprender sin juzgar y de escuchar de verdad.
Durante la adolescencia, descubrió el Tarot de Marsella, un regalo de su abuela materna. No fue un simple pasatiempo: fue una revelación. Las cartas se convirtieron en un puente entre lo visible y lo invisible, un lenguaje íntimo que Syrah aprendió a manejar con precisión y respeto. Pero pronto se dio cuenta de que su don iba más allá del tarot. Comenzó a recibir visiones espontáneas, destellos de imágenes y sensaciones que le permitían ayudar con claridad a quienes acudían a ella. No las forzaba, simplemente las acogía, con humildad.
En busca de una comprensión más profunda, Syrah emprendió un viaje sola por Asia. Esa etapa la transformó. Allí aprendió a meditar, a canalizar su energía, a afinar su intuición sin querer dominarla. Descubrió que la verdadera clarividencia no es un poder, sino una responsabilidad: la de acompañar, de iluminar caminos con respeto y sin imponer nada.
Hoy, de regreso a su tierra natal, Syrah dedica su vida a guiar a otras personas con sensibilidad, claridad y honestidad. Sus consultas en línea ofrecen un espacio cálido y confidencial, donde cada persona puede reconectarse consigo misma y encontrar nuevas perspectivas. Ella no impone verdades absolutas: ayuda a ver con más claridad, a escuchar la intuición y a avanzar con confianza.
Syrah no solo lee cartas. Lee los silencios, las emociones, los caminos. Y sobre todo, lee almas.